jueves, 23 de diciembre de 2010

Las causas de las dificultades escolares son tan variadas como las circunstancias de la
vida y actividades de los niños y adolescentes. Con razón ha sido denominado el problema
de las mil causas.
Y es que el adolescente es el ciudadano del futuro que está desarrollando el proceso de
construcción de su identidad, y si fracasa con continuidad, pone en riesgo dicho proceso de
personalidad futura.
Para que este proceso se lleve a cabo adecuadamente es necesario considerarlo como
una persona en su conjunto, es decir, de forma integral y que evoluciona en un entorno
dinámico, el cual va a determinar su conducta, su pensamiento característico y su escala de
valores; su personalidad, su yo auténtico.
En la práctica diaria, un adolescente presenta dificultades escolares cuando sus
resultados pedagógicos a partir de un determinado momento están claramente por debajo
de sus capacidades intelectuales.
Nos estamos refiriendo a escolares que intelectualmente están dentro de la normalidad,
que aún poseyendo capacidad de esfuerzo en la ejecución de conductas observables, no
muestran una satisfactoria capacidad de asimilación de conceptos.
Es bien cierto que el desarrollo bio-psico-social de los seres humanos depende de
factores genéticos y ambientales; no podemos obviar la importancia de la herencia en las
capacidades individuales, pero el entorno familiar, social y cultural ejerce desde el
nacimiento un decisivo papel que se plasma diariamente durante la infancia y adolescencia
en el rendimiento escolar global.
“Calificar con el mismo nivel a todos los alumnos es una injusticia. El fracaso escolar
nace de convertir los exámenes en sanción social y no en acción pedagógica”.
El profesional que entiende la salud de forma integral, debe disponer de la formación,
información y sensibilidad necesarias para ser capaz de escuchar, entender y ayudar,
coordinando la intervención multidisciplinar y reorientando las situaciones de bajo
rendimiento y desinterés escolar que van a ser decisivas para su autoestima, bienestar y
salud mental futura.
Las dificultades empiezan a dejar de serlo cuando se abordan de forma adecuada
y eficaz.
instrucción y socialización. Decía Oscar Wilde que para hacer hombres buenos es preciso
hacer niños felices, y un niño o un adolescente que tiene dificultades escolares no puede ser
muy feliz.
Cuando un escolar no está rindiendo adecuadamente, es necesario y urgente investigar, y en esa búsqueda está el punto donde converge la coordinación de todos los
las causas
profesionales relacionados con el desarrollo y la atención integral de los adolescentes.
Corresponde a la escuela complementar la labor familiar en dos aspectos:
Es bueno recordar de vez en cuando al pedagogo V. García Hoz cuando afirma que:

No hay comentarios:

Publicar un comentario